viernes, 15 de mayo de 2009

DIA 10

Al día siguiente teníamos clases de literatura, ella siempre se sentaba adelante, era muy aplicada, sobre todo para este curso que sentía, la apasionaba, pero hoy note que giraba siempre el rostro para mirarme, y yo le devolvía la mirada, como diciéndole que mi interés por verla era reciproco, al finalizar la clase la invite a tomar un café, ambos conversábamos nos reíamos y yo asumía la pasábamos muy bien, todo parecía como hechizado hasta que levante la mirada y estaba él, como un león cauteloso esperando la gacela para ir a su caza, ella detuvo el paso y me dijo

-por favor, hablamos luego, tengo que conversar con él

Sólo me quedo recoger mis palabras y abrirme paso, camine firme sin voltear la mirada, yo confiaba en ella, y sabia que haría lo correcto, pero por otra parte tenía que saber que estaba sucediendo, seguí el paso, decidí amilanar mi curiosidad y confiar en ella.

Tuvieron que pasar quince largas horas para enterarme algo de ella, si bien es cierto los celos corrompían la idea de dulzura que tenia de ella, mas debía ser paciente, fue cuando recibí una llamada algo extraña, con la voz melódica diciéndome;

-te quiero mucho, ahora nada me detiene, y solo te pertenezco a ti, como deploras en tus poemas, esa frase estremeció mis huesos, por primera vez en mi vida estuve tan seguro  que algo me pertenecía, que era mío, y que nadie me alejaría de aquello.

jueves, 14 de mayo de 2009

DIA 9

Al día siguiente, pensé muchas maneras de dársela, seria cobarde simplemente dejar la carta e irme, pero se vería un poco romántico también, entonces la espere ese día pero fue en vano, nunca llego, aquella noche de invierno empezó a caer la lluvia como torrente, por lo menos así lo imaginaba, porque mis sentimientos, no pudieron expresarse aquel día.

Pero no debería de esperar más, aquella niña tenía que ser mía, lo vi en sus ojos, en aquellos ojos noche que siendo oscuros me iluminaban el camino hacia el amor,

Entonces presuroso la visite, me presente con respeto ante sus padres, y le explique que tenía que entregarle algo muy importante, ellos la llamaron, se demoro un poco, pero llego, estuvimos en la sala de su casa, platicando por horas, claro yo empecé a  tocar el tema, del porque de sus lagrimas, y solo hablábamos en términos generales, pero sin una idea exacta de lo que en verdad le sucedía, palabras como “la vida a veces nos enseña a dejar fluir esos sentimientos encontrados, que nos oprimen y que pueden liberarnos”

Esa fue la idea que se me ocurrió, sospechando que podría ayudarla a esclarecer un poco sus pensamientos confundidos, y al final llego la hora de mostrarnos transparentes ambos, quise hablar pero ella interrumpió, y dijo: sabes agradezco mucho que te preocuparas por mí, pero mis lágrimas fueron porque estoy muy confundida, bien sabes que tengo un enamorado,

-entonces ya te enteraste le dije;

- ¿enterarme de qué?  Respondió ella, no supe que decir en ese momento, y ella empezó con sus interrogatorios, no pude librarme de ese problema, y le conté todo lo que había visto, pensé que echaría en llanto, entonces sonrió un poco, me cogió el rostro y me beso, me dijo:

- si es cierto lo que me dices te lo agradezco por ser sincero, si es falso, te felicito por querer hacer cualquier cosa por tenerme cerca, entonces quise decirle que era cierto pero volvió a cerrar mis labios con otro beso.

-entonces porque tenias esa congoja en la mañana, pregunte. Pero en mi cabeza seguía aquel beso imprevisto y fenomenal que había recibido

Voy a ser sincera, y espero que tu también lo seas me dijo,

- desde aquel día que empecé a leer aquel cuaderno tuyo, me sentí muy reflejada en lo que escribías, hasta llegue a pensar que era yo, y solo de imaginarme que fuera yo la que describes, me hizo sentir diferente, como muy especial.

-Eres tú sin duda, replique

-Pero estaba muy triste porque no sabía cómo decirle que ya no lo quería, bien sabes que tengo años con él, pensaba que era alguien muy especial pero estos últimos meses se ha notado algo frio y lejano, y desconfiado sobre todo, ahora entiendo el porqué de su cambio dijo ella.

-entonces me apresure para no perder ese momento mágico en el que los dos nos desvestimos de todo prejuicio y dejamos que el corazón triunfe sobre la razón.

En realidad yo vine hasta acá para entregarte esto le dije, y saque el sobre, cogí una mano y puse el sobre entre las dos, y cubrí ambas manos con las mías, es algo especial para ti, quisiera que desde este día todo sea diferente, yo quiero vivir algo especial, en el que nuestro mundo parezca fantasioso, utópico agregue, pero perfecto, y hagámoslo realidad no me importa si hoy los amores duran un santiamén o si los corazones están cegados y solo viven del exterior, yo siento que eres un fragmento que un día lejano se separo de mi y hoy regresa para devolverme la vida y las esperanzas.

Corrieron otra vez lagrimas sobre su rostro, y ella me miraba con los ojitos brillantes, esa noche fue como si los dos estuviéramos apartados de este mundo, ella con su cuerpo sobre mi regazo mirándome fijamente a los ojos y yo acariciándole el rostro los labios, y el cabello como lo había soñado antes, fue en ese momento que descubrí que ella era en realidad la musa tan esperada.

DIA 8

Al día siguiente…

Tal vez le diga que… no mejor le digo… o podría tomar ciertas…

Todo se me venía a la cabeza, fueron pensamientos pasajeros, que tan rápido venían, como se iban.

 Entonces tome una decisión, debería ser yo el que desenmascare a ese patán, le dije;

-quisiera hablar contigo saliendo de clases,

 al verla a los ojos note que una lagrima recorría su rostro y desembocaba en sus labios, me conmovió, en ese momento no pude resistir mis impulsos, tenía ganas locas de abrazarla, no pude contener ese sentimiento que estuvo reprimido por mucho tiempo, le seque las lagrimas con la yema de mis dedos, le acaricie el rostro mirándole a los ojos, mientras que ella me miraba, rápidamente giro el rostro y salió casi corriendo, pretendía no entrar a la clase, sabe dios que pasaba por su cabeza en ese momento…

La deje ir es cierto, ella indudablemente quería tener un momento de soledad, en el que se pueda contemplar a sí misma, sospechaba que se había enterado de la infidelidad, ya no era necesario que yo interceda, pero lo que más me preocupaba era como lo había tomado, fue en vano entrar a esa clase, puesto que todos mis pensamientos estaban en ese bus, el que ella tomo para retirarse de la clase.

Sin mediar palabra alguna con mis compañeros, Salí del salón casi a zancadas, tenía que acompañarla, contrastando mi pensamiento anterior, debía buscarla y decirle que en mi tenía un apoyo, que nunca la apartaría de mi corazón, que una vez sobre mi alma se poso su ternura y nunca se iría.

Entonces era el momento de escribir aquella carta, lo había pensado antes, y en lugar de acompañarla físicamente, esa noche creí en la magia, imagine que mis palabras que se estaban impregnado en un papel, se dirigían hacia ella, y la reconfortaban, la animaban, la hacían sentir amada.

Sé que me quieres, porque te digo te quiero…

Reconozco esta noche, imprecisa para escribir, puesto que hoy vi recorrer lagrimas sobre tu rostro, quizás imagine el motivo, quizás me pierda en tu compleja cabeza, pero hoy no encontraron día más ligero mis dedos, para empezar a escribir y componer tu silueta de fantasía en cada estrofa, en cada palabra que obedece a mi imaginación de poeta.

Hoy pude tocar tu rostro, suave como el sereno cuando arremete contra el rostro y hace sentir su frío y terso cuerpo, divise tus ojos como nunca, brillaban al mirarme, como brillan las estrellas en las noches despejadas, como cuando un anciano astro está a punto de desaparecer, y fue lo más inolvidable, porque te pude sentir más cerca que nunca, sobre todo sentí  tu energía queriendo decirme que me quiere…

Y si mi lunática cabeza se equivocara, seria definitivamente lunática, pero no me equivoco al ver a los ojos, con ello puedo concluir que aquellas palabras escritas en noches funestas y en noches de algarabía, todas llegaban a tus sueños, y soñaste con esta carta, y soñé con que la recibieras, y sepas que te quiero, por encima de cualquier pero. Y sé que me quieres porque te digo te quiero….

Decidí terminar esa carta en aquella frase, no quería escribir una oda entera, solo quería que se enterara que la amo, que la siento por sobre todos mis sentidos, entonces vi caer otra vez la noche por mi ventana, mientras que ideaba como se la entregaría.

DIA 7

¿El te ama? Fue una de las preguntas que estuve tratando de responderme, ¿él en verdad te ama? Como quisiera que no fuese cierto, pero el amor se les veía en los ojos, yo sentía que te amaba, yo vivía su amor por ti, y me resignaba, como quisiera que no fuese cierto, es verdad aunque te viera sufrir quería que no se amaran, y yo darte consuelo.

Presuroso tome un taxi, persigue aquel auto le dije, y así fue como empezó…

Jamás pensé que mis sospechas fueran ciertas, el no le era fiel, estaba feliz, basto de alegría, al verlo en brazos de otras, pero también entre en ira, no era justo, ella es un ángel, y si alguien se atreviese a cortarle las alas para que no conozca el verdadera amor, ahí encajaba yo, para dárselas.

Pero algo me hacía sentir ruin, algo me impedía decírselo, en otras conclusiones, cuan verdadero seria el desenmascaro, si ella me tiene como a un admirador más que haría lo imposible por separarlos, hubiera querido que nunca se entere de mi secreto, pero es tarde, ahora solo tengo que quitarle las vendas, y enseñarle el verdadero amor, pero ya mañana decidiré eso, ahora solo me queda esperar que caiga la noche, y si dios me bendice soñar con ella.

DIA 6

He pasado más de una semana, tratando de meditar, es cierto deje un poco de escribir estas memorias pasajeras, pero nunca te saque de mi mente, estas en cada espacio al cual voy, tu mirada me persigue como sombra, no sé si algún día podre sacar estos vanos pensamientos que me atormentan día a día, juegan con mi mente, me hacen crear días primaverales, e inviernos duros, ahora mismo estoy en una de esas etapas, queriendo resarcir todo el daño que le hice a mi alma, y queriendo pasar la página del dolor, cuando te veo no sé si estas cerca o lejos, no sé si eres como materia viva que me enciende los poros, o eres como poesía sin fines que solo viene en noches de incesante desvelo, pero estas siempre impregnada en cada lumbral de mis paredes, en cada viento que cruza por la ventana trayéndome tu aroma, estas como reflejada en el agua que bebo, estas ahí!! Cerca a mí y no te puedo tocar….

Hoy estuve caminando, como es de costumbre dibujando algo, o tratando de encajar alguna métrica de mis poemas, pero lo más importante que hice hoy fue admirar tu belleza, y es que para admirarla hay que ser un conocedor de maravillas, de encantos personales, de candidez divina, de cariños exorbitantes. Aun cuando se que no me perteneces, y que otro ha de admirar tu belleza, por supuesto no como yo, ¡nadie lo hará como yo! Porque me he vuelto en perseguidor de tus inquietudes, en un centinela de tus actos, en tu poeta custodio, ¡sí! Jamás te dejare ser libre, porque estas en mis sueños, aunque en la dura realidad, te deje volar como ave buscando su nido.

DIA 5

Este último poema, se quedo impregnado en mi cabeza, no lo pude sacar por muchas horas, seguía pensando en aquel beso, en sus ojos de amor cuando miraba aquel personaje, todo se me alborotaba y mis pensamientos se aletargaban, quería correr y decirle que mi corazón le pertenecía, y que nunca se alejaría de ella, que sus besos me hacían soñar, que me volvería en un animoso personaje, pero la cobardía se apoderaba de mi, la única manera de desfogar todos esos sentimientos profundos seria escribiendo, así que busque  “el cuaderno de sucesos” cada cuaderno de muchos que había escrito, habría tenido un nombre en particular, aquel no estaba, era lo más personal que tenia, no podía caer en manos de nadie!! Busque y rebusque por horas, pero fue en vano.

Al día siguiente era como si todos esos sentimientos reprimidos estuvieran mariposeando tratando de liberarse en alguna espontaneidad, estaba decidido a callar para siempre, ella era mi musa es cierto, pero también lo era de otro, este concepto empezaba a raerme todas las entrañas, sentí una mano tras de mi hombro, era ella, si!!  Mi musa estaba hablándome, saco de su mochila un cuaderno, que se me hacia familiar; y me dijo ayer lo encontré, cuando saliste medio despavorido, yo balbucee, los colores se me subieron al rostro, estaba entre el calor y el frio, el éxtasis y la quietud, y escuche esa tierna voz diciéndome;

-¿te sucede algo?

  Como era de costumbre no tenía palabras, y lo primero que se me vino a la mente fue,

-¿donde encontraste esto?

- Ya te lo dije se te cayo al salir, repitió ella,

 Y la segunda pregunta, quizás la más importante,

- ¿leíste algo de este cuaderno?

- La verdad que si, respondió ella,

-son cosas muy lindas las que escribes, ¿desde cuándo lo haces? Pregunto nuevamente,

- hace tiempo……. Una respuesta muy tonta,

-bueno que te parece si nos tomamos un café, dijo nuevamente señalando una cafetería cercana,

- no puedo tengo que… y después… ella se dio cuenta de mi negación y dijo;

- no hay problema,

Que estaba pasando por mi cabeza en ese momento, ella sabía lo que yo sentía, lo había leído, no habría que ser lo suficientemente inteligente como para no darse cuenta que la describía en cada párrafo, la del fruncido entrecejo, la de los ojos extendidos por una afinidad a los costados.

 ahora que mi gran secreto se vino abajo, que iba hacer con mis sentimientos?, esa noche empecé a leer nuevamente poesía, en cada verso que leía la tenía entre mis brazos, la soñaba, era indescriptible aquel sentimiento, todo tenía que cambiar, tenía que dejar de ser el niño cauteloso y miedoso, para convertirme en el hombre galante que conquiste a una chica, no sabía si mandarle alguno de mis poemas, puesto que esta manera de conquistar era muy antigua, muchas personas copian poemas, y esto ha perdido su valor, una carta sería lo más sensato, pero como enviarla? Primero tenía que observarla, y saber más de ella, porque mi carta tenía que ser perfecta, no debía ser tan densa y tampoco tan simple, esa misma noche en la madrugada, la llame por teléfono, eran casi las 11 y me respondió una voz medio grave, no era su papa, yo conocía muy bien la voz de su padre, cuando venía a la universidad a recogerla, era él, sin duda alguna, ¿que hacía en su casa a esa hora? Colgué el teléfono sin decirle siquiera mi nombre, pero esa voz hirió mi corazón como una daga cargada de veneno, empecé nuevamente con la poesía pesimista, estaba una vez mas de luto, y sentía que mi muñeca de cristal, aquella que no debía ser tocada por nadie, estaba yéndose de mis manos, y partiendo a otro sendero, seguí escribiendo, y culmine las últimas líneas:

“dama de la Noche ven a recogerme y llévame al lecho de mi amada amante” 

DIA 4

Sé que rompí mi promesa, en palabras entrecortadas me jure no escribirte, te lo susurre al oído, y parece… que mis cartas no te estimulaban en lo mínimo, fue como si todo mi mundo creado por mi fantasiosa cabeza se hubiera amilanado, te vi seguir, te vi caminar, pero cuando intente correr y seguirte, llego de manera inesperada, con su porte de grandeza al tenerte entre sus brazos,  contemple la escena, el seguía abrazándote, te sujetaba cada vez más fuerte,  y presuroso te dio un beso, regrese por donde vine, camine y camine, cada vez más lento como imaginando que vendrías tras de mí al darte cuenta que te había visto, pero no! seguías con él, no quise saber nada mas de ti en ese momento maldije tu belleza, tu divinidad, y esos ojos que tanto me habían inspirado en noches de enajenación, porque solo de esa manera puedo llamarle, como pude idear y  tejer toda una historia falsa de amor, donde el único que amaba, sentía y se expresaba era yo.

Cogí una vez más los cuadernos viejos, increíblemente están intactos, como si el tiempo no hubiese pasado por ellos, tenia poemas de amor de alguna niña que me habría inspirado en aquellos momentos, en el que pensaba que el amor siempre seria correspondido, y leí uno de ellos:

Noche inmortal

Aviste una increíble ave de colores laucos

Ella lucia resplandeciente y tu rostro se reflejaba

Quería verte, pero tu luz me enajenaba y cegaba

Te veía cada vez más cerca y con llanto

Suplique una vez más, “amor no te vayas”

Quédate a mi lado que la noche se nos quede

Entre las manos y deliremos tenues

Con pasión, recordando nostalgias

Accediste, sentí tus labios rebalsando de divinidad

Cegué mis ojos aludiendo percatar tu deidad

Y te ame esa noche como ninguna noche de nuestra existencia

Te cubrí de caricias sin dejar un paraje de tu cuerpo libre

Obvié cualquier pesar o sentir que habría de  herirme

Y te jure, que en cada palabra que describa estaría tu esencia

Caíste entre mis brazos, te tuve como nunca, musite muchas veces

Eres tú la niña de mis ojos, la esperanza de mi alma y vida de seres

Como yo, que solo viven para amar, y te aman para vivir.

Volví a girar las páginas, y en ella me encontré con un poema, pero el titulo me llamo mucho la atención, “mariposa de la noche”, este poema lo habría escrito cuando desperté con la realidad que aquella niña no habría de ser la misma que yo asumía en mis pensamientos, y continué leyendo:

 

Mariposa de la noche

Te vi desfallecer en brazos de otro, eras tú sin duda

Tú eras mi musa, mi muñeca de porcelana y cristal

La que debía estar eternamente como ave pura

Pero te divertiste cruelmente como en bacanal

 

Con mis pesares y sensibilidad de poeta

 

Dirigiste una mirada de asombro y corriste

Huiste hacia mí, abrazaste hasta mis huesos

Ya era tarde, estaba frio como los sepulcros

Solo me quedo partir a mi lecho solitario y triste

 

Ahora todo ha cambiado, tus llamadas son en vano

Te quise es cierto, pero también te ame, y llano

Esta ahora mi corazón, que te deplora sin descanso

¡No se amilanara no! Estuvo desértico y maltratado

 

Es madrugada, y contemplo tu alma en cada verso

En cada palabra estas tú, sin darme tregua para pensar

En algo más que no sea mi muñeca y su universo

Juro relegarme de mí, renunciar a tu mar y zarpar.